Pobres nuestros padres que hace tiempo
se casaban en forma tonta y ciega,
sin la computadora y, simplemente,
amor y corazón que ambos se entregan.
Querida mía, cuando nos unamos,
sermos tan felices como ahora,
pues nuestras dos tarjetas perforadas
coincidieron en la computadora.
Nuestra Luna de Miel, en cohete a Marte,
comiendo mis manjares favoritos,
las píldoras de pollo y ensalada,
y las que dan amor, paz y apetito.
Al llegar a la cuarta nebulosa,
para sentir algunas emociones,
saldremos en la cápsula espacial
para bañarnos con las radiaciones.
Luego, me inyectaré testosterona para que el sexo se exprese de manera que, cumpliendo la orden del gobierno, embarazada quedes de primera.
Si no soy fértil, no llores y confía, que este mundo electronico esquizoide
con un donante y la tecnología,
te proveerá de un espermatozoide.
Y si eres tú la que tiene el problema con óvulo de gentil donante, sin que hayas de incubarlo en tus entrañas en la probeta te harán precioso infante.
Y cuando seamos viejos y encorvados la ciencia dispondrá para los dos,
que con una pastilla de cianuro
de ahí en más se las arregle Dios.
3 comentarios:
Penélope:
Sospecho que el autor a pesar de sus versos divertidos e irónicos describiendo el amor en un futuro no lejano, siempre deseará el recatado romanticismo de épocas pasadas como todas nosotras.
Bueno... me quedo con el romanticismo de mis padres. Pobres, no tenían la tecnología que soluciona todo, pero creo que todos sabemos, muy dentro de nuestros corazones, que la tecnología no tiene nada que ver con las emociones.
Hola Penélope:
Si digo "pobre el autor" queda feo?. Yo creo que no se puede comparar el contacto electrónico con el humano, por mas que haya tecnología de avanzada, siempre vamos a estar mejor dando y recibiendo amor y calor humanos.-
Publicar un comentario